La Libre Flamenco. Vuelve el cante y la ortodoxia femenina

“La Yiya” Ana María Ramírez Limones nace en La Puebla de Cazalla. Debutó con apenas ocho años, y se profesionalizó apadrinada por José Menese. Becada por la Fundación Cristina Heeren, forma parte de la primera generación de cantaores flamencos formados simultáneamente en la tradición popular y el rigor académico, en las vivencias flamencas y el conocimiento de los maestros. Recibe lecciones de Naranjito de Triana, Manuel Soler, José de la Tomasa y Calixto Sánchez, entre otros.

Durante dos años fue la única cantaora del Ballet Flamenco de Andalucia, en su gira mundial, que dirigía entonces Cristina Hoyos, poniendo voz a la música que José Luis Rodríguez compuso para Yerma. Tras un paréntesis profesional publica su primer disco: Morisca en 2014. Desde entonces la artista, ganadora del Membrillo de Oro de Puente Genil, es una asidua de peñas y recitales.

La Yiya tiene un perfecto conocimiento de los estilos y unas cualidades innatas de voz y afine que la hacen una cantaora excepcional.

Antonio Carrión, Sevillano nacido en Mairena de Alcor, es considerado como uno de los mejores guitarristas que existen en el acompañamiento al cante Por eso ha sido requerido por todas las grandes figuras, como José Menese, El Chocolate, Fosforito o Curro Malena.

Entre los reconocimientos que Carrión ha recibido a lo largo de su dilatada carrera están el Premio Nacional 2008 de la Cátedra de Flamencología de Jerez, el Giraldillo de la Bienal de Sevilla 2010 a la Mejor Guitarra de Acompañamiento, el Grammy Latino 2002 al Mejor Álbum de Flamenco acompañando a Chocolate y la Musa Flamenca en 2019.