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Leganés: una Necrópolis bajo la iglesia de san salvador

  • Teleganés te trae este reportaje del descubrimiento en las obras de reforma de la parroquia de El Salvador

Las obras de rehabilitación que se están llevando a cabo en la parroquia de San Salvador, en Leganés, han dejado al descubierto la antigua necrópolis con una veintena de sepulturas correspondiente a enterramientos de finales del XVIII o principios del XIX, según ha confirmado a TELEGANÉS la directora de excavaciones Pilar Oñate de la empresa encargada de realizar los estudios arqueológicos, ‘Gabark Consultores’.

Sin haber procedido a la apertura física, se han localizado una veintena de cuerpos, identificados como presumibles vecinos del Leganés de aquella época. Las sepulturas, de las que se han localizado solo unas pocas de las que constituyen la necrópolis, se encuentran a unos 40 centímetros del suelo, según Pilar Oñate, de la empresa consultora especializada en trabajos arqueológicos. En la necrópolis bajo la iglesia se han localizado muchos cuerpos de hasta la fecha en que se enterraba en la iglesia, a mediados del siglo XIX”. Entre ellos, se ha localizado el “cuerpo de un sacerdote”, identificado debido a su posición, “con la cabeza mirando a oriente (al altar)”. Probablemente, se tratase de “un antiguo párroco de la iglesia”.

No se trata de un “yacimiento inédito”, por lo que las obras de reforma de la parroquia no se paralizarán. En este punto, las mismas fuentes han confirmado que la Diócesis cuenta con planos de las sepulturas de 1.655 Las obras han dejado al descubierto, según Oñate, la cimentación del templo anterior, una iglesia neomudéjar medieval del siglo XII o XIII en honor a la Santísima Trinidad. La parroquia actual se habría levantado sobre este antiguo templo con toda probabilidad porque “se quedó pequeño para la población de aquel momento”, según los expertos.

Las obras de rehabilitación de San Salvador, que podrían alcanzar 2,5 millones de euros en varias fases, comenzaron cuando se detectaron grietas importantes en la cúpula y las paredes, desperfectos que, en unos años, podían poner en peligro la integridad del templo. Las obras de restauración aún tardarán otros dos años para finalizarse. Técnicamente, la torre del inmueble se estaba hundiendo por los cambios freáticos del suelo y con ello, “estaba arrastrando” a la fachada. Además, las dilataciones que se generan durante el verano por las altas temperaturas no volvían a cerrarse y por ese motivo, se generaban grietas en la zona de la torre y de la bóveda.

Alejandro Mangas Díaz

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